Gloss Vinyl Max de Rimmel, el hermano mayor – Entre brochas y paletas | Blog de belleza

Allá por Julio os hablé del Vinyl Gloss de Rimmel, con el que, para ser un gloss, estaba bastante contenta, poco después me enviaron a su “hermano mayor”, el Gloss Vinyl Max, y cambió en parte mi punto de vista, porque no siempre que algo sea más grande es mejor. Aclaro una vez más que hace tiempo dejé de ser “fan” de los gloss porque me son más incómodos, sobre todo si hay aire, y porque con los labiales me siento más cómoda, duran más y me dejan mejor los labios.
 Vamos con la comparativa de los dos puesto que la gama es similar, efecto vinillo, así que brillo a más no poder y al ataque.

Arriba el formato normal en un tono que a simple vista se aprecian más brillos y un color rosa intenso, tono 220 Bite me, destaqué el olor como a chicle que tiene y era un punto fuerte para mi. Abajo el Max, tono 201 Breathless, se aprecian menos partículas brillantes a simple vista, como si fueran más finas y de un color rosado que tira bastante más a nude que el anterior y ¿el olor? pues aquí pierde puntos, me recuerda a como olían los gloss de Zara de hace tiempo, que no es desagradable pero si bastante artificial. Trae 8 ml, en el normal no sale reflejado, mec! el precio es de 6.99 €.

La diferencia de ambos aplicadores es notable, a mi siempre me gusta que sean de esponja porque me resulta más cómodo aunque a veces acaba espachurrada con los usos y entonces tocas plástico. El caso es que con el aplicador normal me apaño la mar de bien, pero con el grande tengo que escurrir con cuidado el aplicador porque si no sale un exceso de producto que no es normal y queda pegote en los labios 🙁 con lo que me deja una sensación rara de “esto chorrea” que no me agrada demasiado. Me resulta también más pegajoso el nuevo, quizá sea cosa mía, pero me cuesta más quitar las partículas de brillo de los labios, y eso que al aplicarlo es algo más cubriente el tono, punto a favor. Abajo podéis ver como queda desde distintos puntos, comparando con el anterior que aportaba más brillo que color es un punto que me gusta, imagino que quedaría perfecto encima del Modesty de Mac, por ejemplo, pero no lo he probado así aun. Aunque como digo después al irse quedan más brillos y eso me disgusta…

Creo que no voy a sacarle el partido que quizá se merezca, pero a mi no me termina de agradar y hará como dos meses que está conmigo y lo he usado máximo una semana. Quizá para las amantes de los brillos de labios y la purpurina en general si sea una buena opción.

Resumiendo,
Aunque no soy fan de los gloss me quedaría con las propiedades del primero en cuanto a aroma, formato y partículas, pero con el color del segundo, fundiría ambos en uno, jajaja. Si eres de “labiales” no lo recomendaría porque se nota en exceso que es un gloss… creo que los únicos que sigo utilizando cuando el tiempo está en calma total son los que tiran más a mate.

Gracias por dejar vuestra huella : )