A veces me apetece experimentar y hacer cosas raras…
Cuando os enseño los resultados de las maquinaciones en las uñas no me extiendo demasiado, creo que las imágenes valen más que mil palabras y el único truco, la única ayuda, es comentar que tonos se utilizan y a grandes rasgos si hay algún paso, que normalmente son tan intuitivos que con las imágenes las palabras sobran.
En esta ocasión he utilizado dos esmaltes con acabados muy distintos, un naranja pastel y un fucsia con muchísimo brillo y destellos. Dejé volar la imaginación, utilicé como base del 358 de Kiko y después el 31 de Flormar (de los super shine) desde la punta de las uñas, de forma discontinua, hasta la mitad o menos de la uña, que quedara como haciendo aguas…
El resultado fue este… quizá demasiado abstracto… lo veía soso al pobre y a los dos días tenía que darle un giro para no cansarme.
Así que se me ocurrió estrenar, por fin, el crackelador 615 de Kiko, un tono blanco perlado que me había hecho ojitos hace meses y meses atrás en Kiko pero que hasta ahora había casi olvidado, creo que pasé por una saturación de este efecto en las uñas.
Y llegó el chasco… la textura al aplicarlo es prácticamente gomosa, queda raro, muy raro, y cuando se seca esa sensación de goma sobre la uña permanece… no se si es problema de este tono en particular o los de esta gama son así. Es el primer y último cracke que tengo de Kiko. Una lástima porque el tono en si es muy bonito y daría juego sobre tonos oscurísimos este invierno, aportando mucha luz, pero así dudo que le saque tanto partido como me gustaría. Creo que aguanté con las uñas así un día.
¿También experimentáis cuando os aburrís? ¿Habéis probado crackeladores de Kiko? ¿Os ha pasado lo mismo?
Gracias por dejar vuestra huella : )