Nunca he sido muy del rosa, pero con el cambio de gusto del azul, en todas sus gamas, por el morado es un color con el que me reconcilié. Más aun cuando me voy encontrando con prendas la mar de alegres, llamativas, cómodas y ponibles.
La camiseta de corte nadador os la había enseñado con una falda, los pantalones en cambio son nuevos, en la última visita a Primark llevaban mi nombre escrito. Es de los pocos tallajes de pantalón que puedo usar sin tener que utilizar obligatoriamente cinto porque se me ajustan bastante bien a la cadera y la cintura (de cintura siempre me suelen quedar grandes). Las cuñas las habéis visto miles de veces, altas, de madera y el colmo de la comodidad ¡quién lo diría!
Elegí la propuesta de verano en rosa para una comida familiar, los domingos muchas veces prima la comodidad, lo sencillo, y no por ello tiene que ser peor. Ahora os comento que otras cosas añadí para darle ese punto divertido que siempre me gusta.
Rescaté el anillo del meñique, fue un regalo de comunión que ahora nada más me vale en ese dedo y a veces me gusta la sencillez de nada más adornar los dedos con uno. La pulsera de estrellas me carga de energía positiva, da buen rollo, la negra me resulta elegante, es como unir extremos con ambas. El collar lo compré hace un par de años en una tienda local, no le doy mucho uso y me apeteció rescatarlo, lleva motivos florales y unas bolitas verdes.
El bolso es cómodo, además de que el color es alegre, pero sin recargar, podemos llevarlo colgado como veis o como si fuera de mano, el asa se quita. Las gafas de sol son polarizadas.
El maquillaje sencillo porque con este calor no apetece otra cosa, corrector, polvos compactos de Clinique, un toque de color con el taj mahal de Nars y en los labios muy sutilmente 1,2,3 soleil de Bourjois. Los ojos más sencillos aun, con delineado verdoso y máscara de pestañas.
¿También os resultan cómodas las cuñas de madera? ¿Habéis cambiado de gusto respecto a los colores alguna vez?
¡Gracias!
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