La gama de tonos que podemos encontrar es enorme, me llevó unas cuantas horas (sin exagerar) decidirme, a parte de que a veces es una odisea encontrar swatches que se vean y que sean fiables (no a los swatches en papel o minúsculos, gracias). Me decidí por la gama de los rosados, rojizos y un anaranjado, así cubría las necesidades de la mayoría de labiales que tengo. Pigmentan muy bien, se deslizan a la perfección por el labio aunque haya que insistir un poco, diría que son cremosos en la justa medida, no tenemos riesgo de que parezca que se derriten o se muevan, pero son lo suficientemente blandos para poder difuminarlos. Como es lógico, la duración de la barra de labios que utilicemos sobre ellos aumenta, aunque hay que tener los labios en buenas condiciones, algo resecan.
¿Cómo los aplico?
Suelo perfilar el labio, marcar el borde, lo relleno y lo difumino con el dedo, después aplico el labial, a toques, con pincel o directamente con la barra. Si el tono del labial es exacto se potencia, si el tono no coincide exactamente con el del perfilador veremos que cambian matices y ese aspecto me gusta, con un simple perfilador tenemos un color distinto.
Bloom, la pareja perfecta para mi querido Rebel de Mac y mi favorito, también lo he utilizado con algunos fucsias. Incluso aplicado, difuminado y con un gloss transparente encima queda bonito, es un tono bastante especial.
Fuchsia no tiene mayor misterio, tengo tantos labiales rosados que me saca de muchos apuros, juego con este y con bloom dependiendo del resultado que quiera conseguir.
Aunque tengo el perfilador de Mufe necesitaba otro naranja distinto, orange es bastante fuerte, cantoso, pero modulable. Si lo aplico antes del vegas volt consigo un tono más potente porque en mis labios ese labial queda algo claro, un naranja que tira a crema.
Y me dejo dos rojizos, hot red y plush red, sin mucho misterio, plush tira algo más a cereza, quizá sea similar al 307 de Kiko, mientras que hot es un rojo básico pero fuerte.