Deja una sensación de frescor muy agradable, me gusta impregnar bien un algodón y dejar que se seque al aire sobre el rostro, después ya aplico el tratamiento habitual. En mi piel grasa el resultado ha sido muy bueno, creo que es la primera vez que puedo decir que noto los poros más limpios, sobre todo los de la zona de la nariz. Ya os he dicho en más ocasiones que estoy contenta con el estado actual de la piel, en los últimos meses mantengo a raya las imperfecciones y he notado que mi piel grasa no lo es tanto, así que algo debo estar haciendo bien y este es uno de los productos que está ayudando.
Entre sus ingredientes destaca el aloe vera, esa planta mágica que sirve para tantas cosas, en este caso cuida la hidratación de la piel a la vez que ayuda a que se regenere, se eliminen las toxinas y se despejen un poco los poros. La bardana, al ver sus propiedades no entiendo porque no he visto más presente este ingrediente en muchos tratamientos para pieles problemáticas puesto que es depurativo y ayuda contra las enfermedades eruptivas de la piel. La camomila diría que siempre me da confianza, es suave y tiene un poder para calmar la piel impresionante, perfecto cuando estamos utilizando otros componentes que buscan limpiar para evitar que irriten (aun con este punto no se hasta que grado iría bien en las pieles más sensibles). La cola de caballo la conozco a nivel de depuración tomándola como infusión, pero en este tónico está presente como antioxidante y para mantener al margen a los microbios que podrían hacer de las suyas. Y termino con la lima que mencionaba antes, que es un astringente estupendo que pone un poco a raya las impurezas de la piel (habría quien diría que como el limón, pero no, me consta que el limón tiene un punto fotosensible que la lima no).