Casi con los pies en febrero y aquí vengo, con un par, para enseñaros las dos manicuras que fueron protagonistas durante las Navidades pasadas. Y es que me moría de ganas de compartirlas en el blog, aunque ya parezca que están fuera de fecha, ¿por qué no? Siempre pueden ser una opción para otras ocasiones, ¿no os parece?
En Navidad íbamos a estar fuera, así que elegí la alternativa de la manicura permanente con Sensationail, ya os conté que me gustaba la experiencia e iba a lo seguro en cuanto a duración y uñas perfectas durante más días.
Me apetecía dar un toque distinto y entonces rescaté dos top coat preciosos, de esos que nos activan el modo urraca, que tengo. Uno de ellos es el opalesce de Avon, tiene trozos más grandes, me recuerda un poco al pan de oro, y el otro es un viejo conocido (y famoso por la blogosfera), 231 de Kiko, sparkle touch. No he sido capaz de que las fotos hagan justicia a los destellos.
Nochevieja volvía a ser casera pero no iba a renunciar a unas uñas más divertidas. Apliqué una capa de la base 002 de Mavala para evitar que las uñas se dañaran y puse dos capas del tono dazzle pink de Avon, de la gama gel shine. Es un rosa anaranjado, suave, con pequeñas chispitas que queda precioso por si mismo.
En el anular y el pulgar di una capa, encima, de un tono especial, 408 birthday super drug de Barry M, un rosa fuerte con trozos de purpurina. Donde añadí la purpurina rescaté la placa BM220 con un diseño de estrellas, lo vi muy apropiado, con el esmalte de estampar de Essence, económico y que da buen resultado.
Después hice unos pequeños puntitos en plateado con el 39 it’s raining stars de los 1 seconde de Bourjois y una capa del top coat de CND para aumentar la duración y sellar un poco los diseños.
¿Amantes del glitter para las uñas en la sala? ¿Qué os han parecido las manicuras que os presento hoy?