Muchas veces he leído que no es bueno acostumbrar a los labios a llevar siempre algo encima, que se vuelven más sensibles y después creamos la necesidad de estar aplicando productos en ellos. No se si es mi caso, puede, pero tengo una manía feísima de chuparlos constántemente y eso no ayuda nada cuando hace frío y viento. Con el paso de las horas si no tengo cuidado se agrietan y, este año en particular, se me han insariado bastante las comisuras.
No salgo de casa sin un bálsamo labial hidratante en el bolso. Hasta hace muy poco el archiconocido letibalm no faltaba, me ha salvado muchas veces en catarros y gripes, sobre todo, y me encanta que se pueda aplicar tanto en los labios como en la nariz. Un día recibí un correo de Otto laboratories (desde Córdoba), hasta entonces desconocidos para mí, con una propuesta para enviarme ciertos productos y acepté encantada. Me picaba muchísimo la curiosidad por conocer otros bálsamos (sabéis que tengo muchísimos aunque no suela reseñarlos todos), además, de un tiempo a esta parte han despertado mi interés muchas marcas que podemos encontrar en farmacia, que tienen productos estupendos, y que desconocemos. Esta gama de productos se comercializa bajo el nombre de Lippen.
Podemos encontrar el formato barra, también otro formato tubo, estos dos para las personas más preocupadas por la manipulación del producto y la cantidad a aplicar. Y después el formato en tarrito, del que existen distintas versiones, el normal, uno con fps 15, otro de violeta y otro de naranja.
Aunque he preferido enseñaros todos, porque todos deben funcionar igual y es cuestión de preferencias (salvo el que añade el filtro de protección solar) voy a centrarme en el normal y haceros una pequeña comparativa con el que creo que es de referencia, el Letibalm, que levante la mano si alguien no lo conoce.
Ambos productos se presentan en el mismo formato y contienen 10 ml, aunque la tapa del de lippen es más consistente. El aroma en ambos es muy agradable, me resultan similares, y la textura también lo es (igual que el color, letibalm algo más claro). Letibalm es como más líquido, tengo la costumbre mala de arrastrar parte del producto con la parte exterior de la uña y ese pegotillo esparcirlo posteriormente por el labio, y las comisuras cuando es necesario. En cambio Lippen es algo más consistente, tengo que calentarlo un poquito más en los dedos, o directamente calentar algo el tarrito en las manos. Ambos son inapreciables en cuanto al tono del labio, aunque si le aportan un brillo muy bonito. Ambos reparan tanto los labios como la nariz, aunque los utilizo casi siempre por la noche, es cuando más me gusta hacerlo. Aplico el producto y a la mañana siguiente la parte dañada del labio está como nueva. Quizá el de Lippen tiene un punto más mentolado, más fresco, mientras que el Letibalm a mi siempre me ha recordado un punto avainillado. Ese punto mentolado está más presente cuando hace viento o frío.
Pero la mayor diferencia la veo en los ingredientes, Lippen tiene muchísimos menos, algunos son comunes en ambos bálsamos.
Los productos se pueden encontrar en farmacias y parafarmacias, no se deciros precios, lo siento.
No sólo me enviaron protectores labiales, me sorprendieron con muchas más cosas que os contaré a su debido tiempo. No quiero despedirme sin dar las gracias a María por ponerse en contacto conmigo y darme la oportunidad de descubrir estos bálsamos.
A modo de curiosidad os contaré que en realidad recibí muchos más envases del reparador labial “original”, por distinguirlo, uno fue para mi madre, otro fue para mi cuñado… y es curioso que a un amigo de mi cuñado le gustó y se compró uno en la farmacia.
¿Conocíais la marca? ¿Os parece una buena alternativa al letibalm?
Gracias por dejar vuestra huella : )