Después de quitarme la espinita con las caviar nails me llamaba mucho la atención probar algún esmalte efecto arena, o efecto azúcar, como no sabía hasta que punto me agradaría me decidí por una marca low cost como lo es Kiko. En el último año hemos tenido un boom importante con esmaltes con texturas y aunque soy reacia a probar algunos este me ha convencido.
Pagué 2.50 € por él, estaba algo rebajado, me traje el tono 640 de los Sugar Mat de Kiko, un anaranjado especial con destellos rojizos y dorados. El precio cuando salió en colección fue de 4.90 € pero con la oferta de los esmaltes hay gente que lo ha comprado a 1.50 €, existen otros tonos, en otras marcas la gama es mucho mayor. El miedo que tenía era que me diera grima al tacto la textura, pero no, aunque notamos rugosidad no engancha, aunque no lo he utilizado llevando tejidos más delicados (este punto es muy personal, hay gente a la que le da grima).
Es muy complicado sacar el tono 100% real, por eso esta entrada va más cargada de fotos, sin flash, con flash, a la luz del sol… en conjunto podemos hacernos a la idea de lo especial que es, porque aunque tenían más tonos disponibles este llevaba la palabra verano escrita en el tapón.
Cómo son los pinceles de Kiko lo sabemos, la textura del esmalte en este caso es más espesa, los granitos hacen que se complique y es mejor tomar más producto. Con una capa el resultado no es el que me gusta, queda ligero, con dos el efecto arena se suaviza, el tono se vuelve más potente y es perfecto, aunque quizá la mejor opción sería aplicar un rojo o un anaranjado debajo (tengo pendiente aplicarlo sobre una base en negro, tiene que quedar muy curioso).
¿Notáis la diferencia de aplicar una o dos capas?
Opté por aplicar dos y el resultado fue estupendo. Además la duración sube del aprobado, esta vez sin base sobre la uña para probar si la dañaba o no (ahí al riesgo), durante cuatro días estuvo más o menos la manicura estuvo intacta, aunque algún borde empezaba a saltarse.
Para retirar el esmalte es tan sencillo como impregnar un trozo de algodón, enroscarlo en la uña, dejarlo estar un rato y al frotar se va todo. La superficie de la uña no se rayó ni se tiñó. Aunque para futuras veces usaré base.
¿Habéis sucumbido a esta textura? ¿No os parece especial el tono?
¡Gracias!
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