DIY tarro de cristal decorado – Entre brochas y paletas | Blog de belleza

Regalar manualidades cargadas de mucho amor.
Estas navidades tenía claro que quería hacer una serie de regalos en plan DIY, había visto por Pinterest (inagotable fuente de inspiración) varias ideas con tarros, desde bolas de nieve hasta fluorescentes, así que se me ocurrió la idea de hacer un tarro decorado con los motivos de esas fechas.
Dediqué muchas horas a pensar como lo quería, en mi mente se veía y perfecto, después agrupé todo lo que iba a necesitar y me puse manos a la obra. No sin miedo a que el resultado poco o nada tuviera que ver con la idea inicial. Una vez terminado puedo decir que estoy contenta, además las personas que lo recibieron (hice dos) están encantadas, su cara al abrir el regalo y ver los detalles en el cristal lo decía todo. ¿Quién dijo que con tiempo, ganas, unas chispitas de cariño, imaginación y algunos materiales no puede salir algo bonito?

El resultado es el que veis, ahora os cuento que he utilizado, aunque parecen muchas cosas son sencillas o se pueden sustituir por otras que ya tenemos, y los pasos a seguir. Cierto que ahora mismo no pegan los motivos navideños pero es algo que se puede adaptar, así que perfecto para la ocasión que sea: un cumpleaños, San Valentín, el día del Padre, el día de la Madre, etc.

¿Qué necesitaremos?


1. Un tarro de cristal, en mi caso es de mayonesa, ni muy grande ni muy pequeño porque quería meter cosas dentro.
2. Un trozo de esponja vieja.
3. Esmaltes de colores.
4. Esmalte transparente, podría sustituirse por pegamento, yo he aprovechado un endurecedor que no me gusta nada.
5. Estrellas, mi botecito lo compré en los chinos hace unos cuantos años, inicialmente eran para utilizar en las uñas pero sobresalen demasiado y corremos el peligro de enganchar la ropa. Como las descarté para ese fin estaban algo muertas de risa y ahora las veo perfectas para hacer manualidades.
6. Punteros o dotting tools, también valen palilos, horquillas, puntas de bolígrafos… lo que se os ocurra que os permita hacer puntos de distintos tamaños.
7. Una pistola de silicona, en su defecto algún tipo de cola de contacto fuerte.
8. Un trozo de lazo.
9. Cristales decorativos de un tamaño medio-grande.
10. Papel en hilos para rellenar, hojas secas de esas que se pueden comprar en cualquier bazar, lo que se os ocurra para rellenar.
11. Una vela, en este caso olía a fresa.
12. Sal, muy opcional.

Es preferible que los esmaltes sean de distintos colores, acabados y texturas para poder jugar con los contrastes. Empecé utilizando dos tonos de azul (uno claro y otro oscuro) para hacer una especie de degradado con el trozo de esponja en la parte superior del tarro, a modo de cielo cuando anochece. En la parte inferior el degradado es más sencillo, en blanco para simular que está nevado.

Una vez que se ha secado, me ayudé del esmalte transparente para pegar las estrellas. Tan sencillo como poner un puntito con los punteros y sobre él una estrella. Es lento pero según vamos colocando más estrellas de colores se va viendo más original.

Opté por dibujar un muñeco de nieve a ras de “suelo”.

Vamos girando el tarro, en otro lado dibujé un árbol de navidad a base de topitos, jugué con distintos tonos de verde, rojo como si se tratase de las bolas decorativas típicas y marrón para el tronco.

Después el típico bastón y algunos caramelos para no dejar un espacio en blanco entre los tres dibujos. Desde el cielo hasta los dibujos topitos blancos a modo de nieve en distintos tamaños, entre los dibujos puntos con esmaltes de purpurina.

Para que no se vea el borde del tarro pegaremos el lazo con la pistola de silicona, teniendo en cuenta que quede centrado y el largo sobrante nos permita hacer un lazo, que también pegaremos y sobre él las piedritas de colores en el centro. Opté por blanco, azul y verde.

El interior lo rellenamos cuidadosamente, abajo hojas secas verdes, muy pocas. Colocamos la vela para que quede a ras, no está pensado para que se prenda, si preferís esa opción es mejor que la subáis. Con ayuda de un cuchillo y paciencia vamos metiendo los hilitos de papel rojo hasta que quede totalmente centrada, no se hunda ni se mueva. Para disimular el trozo que queda entre el papel y el cristal añadimos un poco de sal final, así hacía las veces de nieve.

¡Y ya está!

¿Os gusta el resultado? ¿Versionaríais el tarro de alguna manera? ¿Qué otras ideas se os ocurren para sacar partido a los de cristal?