Los imanes me resultan mucho más cómodos que los que son simplemente un cuadrado. Vemos que tienen la zona del dibujo (donde está el imán), un palito para agarrarlos con comodidad y un pequeño tope. Por ejemplo, si aplico en esmalte en el dedo índice opoyaré el tope en el pulgar para que la uña no toque en el imán pero esté lo suficientemente cerca y se graben los dibujos. No he tenido que esperar tanto rato como con los otros, quizá por el tema de dar nada más una pasada, aunque el esmalte en si tarda un poco en secarse.
Si os fijáis, se aprecia en el meñique un pequeño percance, pensé que estaba seco y no era así. Las aguas que hacen los imanes son bastante discretas pero con la luz del sol se aprecian mejor.
Para probar la duración no apliqué ni base ni top coat. Insisto de nuevo en que al aplicar nada más una capa la consistencia era tan ligera que al día siguiente ya se habían saltado algunos bordes de las uñas. Con base, top coat y un par de capas posiblemente el resultado fuera mejor.