Empiezo por el famoso gel de ducha Snow fairy, ¿qué no se ha dicho de él? huele totalmente a chicle, a caramelo, y creo que eso es lo que lo hace especial. Pensé que no sería para tanto pero estaba equivocada, tiene un aroma adictivo, su textura es de color rosa y cuenta con partículas de purpurina.
El concepto de crema de ducha se me hacía más extraño, no estoy segura de si forma parte del lineal fijo, Lord of misrule, el señor del desorden tiene un peculiar olor a hierbas y cuenta con un extra de aportación gracias al aceite de germen de trigo que lleva en su composición.
Quizá sea lo más raro, lo más especial, el polvo de hadas, Fairy dust lo veo perfecto para ocasiones especiales como es la noche de fin de año, un día en el que queráis lucir (nunca mejor dicho) como nunca. Se trata de un polvo muy fino que deja destellos sobre la piel.
No soy excesivamente fan de las bombas de baño porque casi siempre opto por duchas, pero siempre se hacen excepciones y ¿qué mejor para relajarse tras un día duro? Bar humbug juega con tonos morados, blancos, purpurina y olor a regaliz. El toque de alegría vendría de la mano de Peeping Santa, reconozco que me da muchísima pena utilizar la representación del señor Noel a base de manteca de cacao, fresa dulce, aceite de bergamota y geranio.
Si hay algo mejor que esas bombas o burbujas de baño es una reutilizable, con motivos navideños han lanzado dos, Magic wand, de dulce de caramelo, y The magic of Christmas que es la que os muestro. Es curiosa porque mezcla canela, clavo y almendra y posiblemente os hable de más impresiones cuando la termine. También tiene un buen puñado de purpurina y su presentación es impecable a la par de divertida.