Contiene 15 ml, el formato es con un dispensador que evita que el producto entre en contacto con el aire, aunque hay que tener cuidado porque en una sola pulsación sale mucha cantidad.
Promete una textura ligera y así es, la piel no tarda en absorber el producto, no se hace pesado e hidrata en su justa medida. No hay que esperar demasiado para maquillar y lo que aplicamos encima se asienta correctamente, por lo que lo he estado utilizando más enfocado para el día, por la noche me gustan las texturas más untuosas.
Os dejo la fotografía de rigor con los ingredientes, si os fijáis aparecen el agua de manzanilla y la de varios tipos de rosa al principio del listado. La manzanilla desde siempre ha destacado por el poder calmante sobre la piel, el agua de rosas por su parte ayuda a que se sintetice mejor el colágeno, descongestionar y regenerar, entre otras cosas, ambos los he utilizado en tónicos y otras cremas que me han funcionado bien, por lo que me inspiran confianza.