El momento de probarla fue todo un show, siempre sigue los mismos pasos mi pequeño: olfatear, chupar, rechupar, comer… y relamer.
Aunque mucho mejor si lo vemos con unas cuantas fotografías, esta vez me he excedido pero no podía descartar ninguna de las que os muestro.
Una vez que empieza ya no puede parar, la agarra con las patitas para que no se resbale y ¡ñam!
– Pues no ha estado nada mal.
Un paquetito de los snacks de hungry hector (6.80 €), muy curiosos, no utilizan derivados vegetales, azúcares, colorantes, conservantes y no llevan gluten. Se parten como si de pastillas de chocolate enormes se tratase.
Aunque el primer trozo le duró bastante, siempre desconfía, prueba, y si lo agarro yo con los dedos va con un cuidado extra, después se volvía loco de la alegría a dar saltos cuando veía otro pedazo.
Encontramos dos juguetes, una pelota retorno de Biozoo (6.00 €) que ya teníamos de la pet secret de noviembre, así que se la hemos dado a Golfo, incluso juegan los dos juntos con ella. Es una pelota de caucho que lleva una goma y un brazalete para que nosotros podamos controlarla, hacerla saltar, y ellos se divierten muchísimo.
El otro un juguete pelota (3.40 €) con forma de hueso, este no le ha llamado mucho la atención, sigue prefiriendo jugar con el león y con la oveja, así que posiblemente lo lleve para que lo comparta con Golfo. cuando están los dos juntos son como niños pequeños y siempre quieren el mismo juguete, así que se pasan el rato corriendo uno detrás del otro, tirando cada uno de un extremo y cosas similares hasta terminar cansados.
Y el alimento, Lukullus sabor mediterráneo (1.20 € el sobre que vemos), a base de carne y verduras, se la he mezclado con su pienso habitual y ha tenido para unas seis comidas (dos raciones al día). Me gusta mucho que incluyan siempre este formato para poder mezclar, lo devora.