Eran las fiestas del pueblo de al lado, así que antes de comer nos arreglamos para ir a tomar algo, ahí, luchando como jabatos con el calor porque hay días en los que si no no te moverías de casa y el cachorro necesita su ratito de explorar el mundo.
Últimamente prescindo de complementos por miedo a arañar al pequeño, así que recurrir a un reloj, como este de Daniel Wellington, hace que no quede el conjunto tan soso.
En la siguiente foto creo que se ve la mezcla de forro y tul de la falda un poco mejor.
Las sandalias tienen suela de madera, tiras de piel y detalles que hacen las flores como con cuerda. Este tipo de material para amparar el pie me resulta muy cómodo, también tengo otras de madera pero son cuñas de Mary Paz.
El cachorro viste con un traje de Martín Aranda, regalo de una de nuestras tías. Es todo de algodón menos esa parte que veis arriba con punto muy fino. Está bien rematado, cierra con botones en todas partes, no lleva corchetes. Con él peque variamos mucho el estilo de vestir dependiendo de a donde vayamos, para salir en plan de ocio lo arreglamos algo más, para el día a día suele ir más informal y si optamos por la mochila para portear la comodidad es lo primordial, incluso tirando nada más de un body.
Para los labios Mac red, el resto con un maquillaje sencillo, no es plan de que se nos vaya derritiendo la cara por la calle.
Y no pueden faltar unas buenas gafas de sol, estas son de Tommy Hilfiger, me gusta que sean grandecitas porque así me entra menos claridad y no me molesta en los ojos. Aunque son azules el tono es oscuro y pega perfectamente con toda la ropa.