– Manteca de karité y argán de Sabta, si la manteca de karité fuera amor tendría esta consistencia. La que os mencionaba antes era sólida, esta está batida y es muchísimo más cómoda de utilizar, aunque igualmente nos obliga a masajear bien la piel e irla calentando. Ese punto me agrada porque al tener que insistir los obligamos a estar un rato más mimando la zona.
Se funde bien, el olor apenas se aprecia (menos que con la otra) y aunque la hidratación es correcta durante todo el día la utilicé dos veces como mínimo, la zona de la tripa se volvía más tirante al tensarse, no es que la manteca se quedara corta. Solía utiilizarla nada más para el vientre y la zona del pecho.
– Velastisa antiestrías de Isdin*, tiene aroma pero no me resultaba molesto. La textura es muy ligera y se extiende bien, a nivel de hidratación está bastante bien aunque en comparación con las mantecas de karité o los aceites es menor (lógico). El único pero que le pongo es que nada más aplicarla tenía cierta sensación de frío, acostumbrada al “calor” que conseguía con los otros productos con esta crema no me sucede, no entra en “calor” por más que la frotemos previamente con las manos. No terminé el envase del todo y la acabé después de dar a luz cuando había comenzado el calor, ahí me gustó mucho más, por lo que la recomendaría más de cara a primavera-verano.