Nos la presentan como una máscara de pestañas de alta definición, que las deja largas, separadas, definidas… y eso lo cumple. Por gusto personal extraño algo más de volumen pero las marca y las deja tan bonitas que se lo puedo perdonar, me las noto más curvadas y ese efecto es duradero.
La fórmula de las máscaras de Lancôme me gusta porque no varía demasiado desde que las estrenas hasta que casi llegan a su fin, son bastante ligeras, se trabajan bien sin problema de grumos, las siento respetuosas con las pestañas y no dejan residuo en la zona de la ojera por muchas horas que pasen. Hablo en plural porque tengo la misma sensación con las tres que he probado y considero que ya es una seña de identidad de la marca.
El cepillo es recto, las fibras que lo forman facilitan que se peinen correctamente las pestañas sin excedernos en cantidad de producto aunque demos varias pasadas. A mi me gusta aplicar en zig zag y después insistir un poco en las puntas para que se marquen más.