¿Se puede ser más achuchable? En casa es muy tranquilo pero es salir a la calle y monta la revolución. Lo que le gusta ladrar a Tigre no está escrito, sobre todo a sus enemigos naturales.
La cazadora la uso casi cada día, que lleve pelo por dentro hace que de el suficiente calor. La capucha es de quita y pon, la tenía olvidada en el armario y este año me dio por rescatarla. Da la vida los días en que chispea o hace demasiado aire, además que este año se llevan tantísimo de tipo esquimal.
Con faldas rara vez utilizo las Martins, queda un tanto basto, para la opción de pantalones o me las ato como en esta ocasión y las meto por fuera de los pantalones, o las llevo sueltas.
El jersey de punto de Shana me lo he puesto muchísimo desde que lo tengo, siempre con una manga larga de algodón debajo, blanca o negra, no importa porque no se clarea demasiado. Como complementos, mi anillo de siempre en el anular y recurrí a las perlas.
En las redes sociales ya os había enseñado un cuello de punto muy amoroso que me hizo mi abuela. Otras veces me ha hecho gorros, bufandas, este año tocaban cuellos y ha dejado servida ya a media familia, ¡es una artista!
El maquillaje en tonos verdes os lo enseñé ayer, aunque cambié el labial y en estas fotos llevo el rebel de Mac. Soy consciente de que las fotos de hoy no son las mejores de la historia, extraño los días de sol, más horas de luz… pero me apetecía igualmente compartir un retazo del día a día.