La textura era simplemente perfecta, ni demasiado blando ni demasiado duro, el trazo se realizaba de forma cómoda, no se movía, aguantaba muchas horas, ¿qué más podía pedir? Lo he utilizado para delinear el párpado, a ras de pestañas inferiones y hasta para la línea del agua. En esta última zona no se mantiene con la misma intensidad todo el rato pero si bastante, me funciona mejor que la mayoría de lápices.
Normalmente lo aplico con pinceles biselados pero dependiendo del resultado que busque, de si voy a trazar rabillo o no, puedo optar por otros más redondeados. Con los que son excesivamente finos, en plan pelitos sueltos, no me termino de apañar.
Lo habéis visto en acción en muchos maquillajes y también en los consejos que os dejé sobre cómo hacer un delineado, o más bien como lo hago, puesto que al final cada cual tiene sus trucos y depende de como sea vuestro párpado, sus pliegues.
La fecha de caducidad es de seis meses pero sigo sacándole partido, imagino que el envase de cristal, guardarlo siempre con la tapa hacia abajo y en la caja de cartón en un lugar oscuro han ayudado a la conservación, aunque ya empieza a estar mucho más seco y tendré que recurrir al duraline de Inglot para apurar al máximo.
Los ingredientes, por curiosidad, que se que hay personas a las que les interesa este punto.