El formato de los dos que os comento es de esponja con aplicador, lo ideal sería un dispensador para que el producto no se contamine pero este formato me resulta práctico. Sobre la piel limpia e hidratada aplico unos puntos con la esponjita y después lo integro, bien con un pincel o bien a toques con el dedo anular. Muchas veces creo que se funde mejor con el calor de la piel que con otras herramientas, después, cuando aplico la base, toco con la brocha “manchada” para integrarlo correctamente. Y siempre, siempre, los sello con un polvo fino, si no parece que con el paso de las horas se me van.
Después me picó el gusanillo con el corrector Healthy mix de Bourjois. Había leído y visto maravillas del formato antiguo, incluso tuve oportunidad de probarlo por una muestra generosa que me dio Inés, me terminó de convencer, además mi experiencia con otro corrector de la marca fue muy buena, ¡tenía que probarlo!
El formato antiguo era un tubo sin más, este cuenta con el aplicador que os decía al principio y habéis visto en una de las fotos. No promete milagros, simplemente nos habla de acabado natural y que ayuda a que no se vea un aspecto de fatiga. A nivel de cobertura también considero que sea baja-media, se integra correctamente y aguanta el paso de las horas como un jabato.
Está disponible en tres tonos: 51, 52 y 53, claro, medio y oscuro, tengo el 53 y no considero que sea demasiado oscuro, me gusta el efecto que y hasta se me acopla bien en verano. Su precio lo he visto variar entre los 9.50 y los 13 €.