– La marca Bell me ha dejado con la boca abierta, con lo desconfiada que soy muchas veces cuando salgo sale tantísimo en todas partes, me estaba resistiendo a probar los coloretes secretale y no he dejado de utilizar, a modo de comodín, los dos que tengo. También me gustan mucho los compactos.
– Me prendé de un colorete en crema de Galenic, lo que jamás hubiera imaginado, con el miedo que me daba que se marcaran más los poros o que durara un suspiro en mi piel mixta-grasa mutante. Pero este es perfecto, deja un aspecto saludable en las mejillas que me gusta mucho y la duración es muy buena.
– El iluminador Opal de Becca es uno de esos que siempre tienes en mente pero te da miedo que te quede tan raro como el Copacabana de Nars, hasta que un día la bella Mauvedelle decide que no lo usa y lo heredas. Entonces surge el amor y te sientes JLo cada vez que lo usas. ¡Me encanta!
– Ha sido un año de toma de contacto con Pixi by Petra, esa marca que tanto me llamaba la atención pero con la que no me terminaba de lanzar. Al final han surgido colaboraciones y tengo que decir que los lápices de la gama endless silky eye pen son una maravilla, lo tienen todo, buena duración, se deslizan bien sin que parezca que te los comes y hasta duran en la línea del agua.
– También un descubrimiento low cost gracias a maramakeupp, el gel eyeliner de Deliplus es una auténtica maravilla y tiene un precio de risa. Aguante horas en el delineado, que se traza de maravilla, y también en la línea del agua.
– Teint idole ultra wear de Lancôme, aunque sigo amando la double wear light también soy inquieta. Pedí una muestra, me fascinó y tuvo que ser mía. Deja un acabado muy bonito, tiene una duración buena y no transfiere.
– En general los cepillos para el cabello de Beter, tanto Deslía hai flow redondo como el Deslía pro o el reciente detangling natural fiber. Consideron que tienen muy buena relación calidad-precio, me gusta usar distintos formatos tal y como os expliqué, dependiendo de si es con el pelo seco, mojado o para ayudarme con el secador.
– Para el cuidado de los labios había destacado el bálsamo de Yes to carrots, se funde en aceite y repara bien, los labios se sienten confortables y hasta lo he estado utilizando con mi hijo. Aun queda un poquito en el envase porque he sacado partido a otros. Pero casi en diciembre llegó a mi vida el famoso reve de miel de Nuxe y ¡oh, Dioses del Olimpo! ese olor, esa consistencia densa que hace que la hidratación perdure lo que no está escrito y los labios no se me hayan resentido en lo que llevamos de frío… Me está gustando muchísimo y entiendo su fama.
-Si hay un sérum que es como hidratar de golpe la piel es el hydrance intense de Avene, una maravilla que terminé en enero y también vuelve a ser parte de mi rutina facial. Aunque al hablar de rutina facial tengo que escribir con mayúsculas La Roche Posay, son tres las hidratantes faciales de esta marca que he usado, una tras otra, con buen resultado durante toda esta temporada en que mi piel se volvía deshidratada al mínimo descuido, se veía apagada y con zonas cuarteadas. Tanto toleraine ultra, como la hydreane ligera o la toleraine sensitive, de la que os debo reseña, están indicadas para pieles sensibles y han logrado normalizar mucho el asunto.
– He vuelto a ser constante con esos mimos extra que proporcionan las mascarillas y exfoliantes, ha sido un gustazo descubrir la mascarilla detox luminosidad vitaminada bio beuté de Nuxe, me enganchó su textura el gel, tan ligera, pero a la vez con consistencia de miel, ese olor cítrico y lo práctica que era, en tres minutos listo. Tan sencillo como aplicar, esperar y aclarar con agua, se retiraba de maravilla porque se funde en una especie de leche que no deja residuo alguna. El resultado era una piel con más luz.