– De vez en cuando recurro a otro “formato”, el agua micelar de Etat pur me ha gustado porque no irrita los ojos, es suave y se lleva la suciedad de la piel, aunque no desmaquilla en si, es del mismo laboratorio que Bioderma. No utilizo las aguas micelares para desmaquillar, si no para limpiar la piel de la polución del día y cosas puntuales. No repetiré porque tengo otras, nada más se puede comprar on line.
– Quitaesmalte sin acetona de Valmy. Es cierto que no reseca la uña, se lleva bastante bien los esmaltes, pero tiene un olor muy fuerte que no me agrada demasiado. No repetiré con él por ese detalle, ahora tengo otros en uso que no huelen tan fuerte y también me dan buen resultado.
– Seguro que también os gusta tener una de esas colonias fresquitas por casa, de las de para toda la familia. Esta es una talla pequeña del agua de colonia frescor de Farline, una marca de farmacia. Es agradable aunque me gusta más Nenuco, manías personales.
– El agua de perfume de rosa y angélica de Jeanne en Provence fue una de las cosas que más me gustaron de la marca (junto con la pastilla de jabón), aunque no soy muy de rosas me agrada, quizá por la mezcla con la angélica. El tallado que tiene el envase es una monería y no descartaría reponerlo si alguna vez coincide que me topo con un punto de venta.
– Las cutículas son esas grandes olvidadas para mucha gente que hacen que unos dedos cambien totalmente. Un buen día me propuse darles mimos e hidratación y el resultado es buenísimo. Terminé la crema cuticle eraser de CND, una crema similar a la del tubito que venden en Mercadona. Cumple su función, se funde bastante bien, pero con el paso de los meses el olor cambió y me costó terminarla. No repetiré con ella porque me gusta mucho más el bálsamo de Badger.